Acogimiento residencial

El acogimiento residencial es un programa por el cual los niños, niñas o adolescentes que no han podido ser acogidos o adaptados con carácter permanente se les da una asistencia que va más allá de la atención de sus necesidades más básicas. Se consigue con el acogimiento residencial un desarrollo integral de estos niños, niñas o adolescentes en cuanto a desarrollarse como personas mientras se encuentran en esta situación. Ahora bien, ¿Sabes en qué consiste el acogimiento residencial? ¿Qué objetivos tiene? ¿Qué menores son atendidos en estos programas? En este post te vamos a dar las claves para que aprendas mucho más acerca de este programa que evita la desprotección de los menores.

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La labor de los trabajadores sociales en el acogimiento residencial es fundamental para cumplir con los objetivos diseñados para los menores destinatarios de estos programas. Y es que, en estos centros se llevan a cabo multitud de actividades o medidas que sólo pueden realizarse con un conocimiento experto en facetas como las conductas de riesgo de exclusión social, las medidas de protección de menores o las técnicas para realizar una intervención con menores eficiente. Ahora se podrá asumir esta responsabilidad de desarrollar programas de intervención con menores en los centros de acogimiento residencial con una formación especializada como la del master en trabajo social de Euroinnova. 

¿En qué consiste el acogimiento residencial?

Existe una amplia normativa autonómica que regula el acogimiento residencial. No obstante, con independencia de la ubicación geográfica donde se desarrolle el programa de acogimiento residencial, el objetivo es similar: el desarrollo integral del menor. 

Los centros de protección de menores serán los espacios en los que los menores serán atendidos y se trabajará con su desarrollo a diferentes niveles y sustentándose en dos pilares que son la calidez técnica y la humana. Corresponde además a las instituciones que el acogimiento residencial se sirva de los recursos profesionales y materiales para conseguir una atención de los menores adecuada. Desde un enfoque más empático, serán los profesionales que forman estos centros quienes lleven a cabo un trato con los menores cálido y que consiga un espacio de relaciones afectivas similar a una familia normalizada.

No obstante, algunos recursos de acogimiento residencial serán los siguientes:

• Centros de acogida: se encargan de una primera atención a los niños, niñas o adolescentes que se han separado de sus familias. Se lleva a cabo aquí una labor de evaluación de cada caso, ya que, la separación se puede deber a situaciones de maltrato físico, psíquico u otro grave, que requiere una atención acorde a sus características.
• Unidades familiares: tiene como destinatarios a niños, niñas o adolescentes menores de 18 años que se han visto envueltos en situaciones de riesgo o desamparo. La labor aquí será la de lograr que sigan una vida habitual como si se encontrase en un núcleo familiar de tipo medio. 
• Unidad de socialización: los adolescentes o menores de 12 años, aquí padecen problemas de conducta, inadaptación o desajuste social. El trabajo en estas unidades será el de envolver a los adolescentes en un contexto de protección y atención que facilite mejorar sus habilidades sociales. 
• Pisos tutelados: aquí se desarrollan actividades orientadas a que el adolescente se prepare para una futura emancipación cuando ya no pueden ser adoptados o acogidos permanentemente.

¿Cuáles son los objetivos del acogimiento residencial?

El acogimiento residencial se basa en el desarrollo integral de los menores y en su integración en la sociedad. No obstante se pueden destacar cuatros pilares fundamentales que servirán de guía para los programas de acogimiento residencial y son los siguientes:

• Maduración y desarrollo personal y social.
• Orientación laboral y formación para el empleo.
• Lograr el acceso a recursos básicos como la vivienda.
• Acceder al empleo.

¿Qué principios prevalecen en el acogimiento residencial?

A lo largo de todas las actuaciones que se llevan a cabo en el acogimiento residencial, se deberán de tener en cuenta en todo momento los siguientes principios:

• Interés superior del menor: ante un conflicto de necesidades o derechos entre sus familiares y los menores, prevalecerán los de estos últimos, conforme a lo establecido en la Convención de Derechos del Niño y la diferente normativa autonómica y nacional.
• Derecho del menor a vivir en familia: se sustenta en la intervención orientada a mejorar las condiciones familiares de los niños, se trabajará por la reunificación del menor con su familia y, de no ser posible, se tratará de dotar al menor de una situación familiar estable y definitiva.
• Acogimiento residencial como medida complementaria: el objetivo es el restablecimiento del menor con su familia, dotando al acogimiento residencial de un carácter complementario y provisional.
• Priorizar las necesidades de los menores: se deberán de cubrir las necesidades de los menores por encima de los intereses adultos de los trabajadores.
• Flexibilidad en el acogimiento residencial: no se debe de seguir un único programa para dar respuesta a todas las demandas en cuanto al acogimiento residencial se refiere, ya que, se necesitará flexibilizarlo a las condiciones particulares de los menores.
• Participación del menor: la opinión del menor será tenida en cuanta durante su acogimiento residencial, y se deberá de motivar un papel activo de este para involucrarlo en el desarrollo de sus habilidades. 
• Normalización: es objetivo de las personas implicadas en el acogimiento residencial crear un entorno familiar lo más normalizado posible para el menor, para que su estancia en los centros sea lo más efectiva posible para su integración y su desarrollo.
• Transparencia: las prácticas que se lleven a cabo en los programas de acogimiento residencial deben desarrollarse de forma lo más transparente posible y se debe monitorizar el avance de los menores con estos programas para poder mejorar su eficiencia.

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