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Realmente, el desarrollo infantil es un aspecto muy importante de la vida.
Aunque no siempre es fácil saber si un niño/a necesita psicoterapia infantil.
Y es que, hay algunos síntomas que pueden ayudarte a determinar si el niño/a requiere psicoterapia.
Es decir, hablamos de que ciertos comportamientos y respuestas emocionales en los niños/as pueden indicar la necesidad de psicoterapia.
Por ejemplo, un niño/a que ha experimentado un trauma puede tener síntomas como pesadillas, orinarse en la cama o aferrarse a sus padres u otras personas cuando lo dejan solo.
En este post, te hablaremos sobre la psicoterapia infantil y su imperiosa necesidad para niños/as víctimas de bullying.
¿Quieres descubrir todo esto y mucho más?
No te pierdas esto que te vamos a contar a lo largo de las siguientes líneas.
¡Vamos allá!
En líneas generales, la intimidación es una forma de comportamiento agresivo que utilizan uno o más niños/as para controlar y dominar a otros.
En este contexto, puede adoptar muchas formas, incluida la violencia física y el maltrato psicológico.
Además, el acoso puede ser directo o indirecto, y generalmente es intencional.
Hay cuatro tipos diferentes de acoso escolar: físico, verbal, relacional y cibernético.
El acoso físico incluye golpear, patear, empujar, hacer tropezar o escupir a otra persona.
El acoso verbal incluye el uso de palabras para herir los sentimientos de alguien; insultar; broma; insultante; burlas; amenazar con causar daño a uno mismo o otra persona; hacer comentarios negativos sobre la apariencia o las acciones de alguien; difundir rumores sobre la sexualidad de alguien u otra información personal sin permiso.
El acoso relacional implica dañar las relaciones con los demás a través de la exclusión social (p. ej., negarse a estar en un grupo con alguien o ignorarlo), difundir rumores y excluir a alguien de una actividad.
El acoso cibernético implica el uso de dispositivos digitales para causar daño a otros a través de Internet.
Así, una persona que es acosada puede reaccionar contraatacando, huyendo o tratando de evitar al acosador. La intimidación también puede llevar a la depresión, pensamientos suicidas y/o atentados, abuso de drogas y autolesiones.
Por lo general, la intimidación es entre personas del mismo grupo de edad (por ejemplo, la escuela primaria) y tiene lugar en los terrenos de la escuela y; en la muchos casos, necesita psicoterapia infantil.
El acoso escolar es un problema grave que puede tener consecuencias a largo plazo para las víctimas.
Realmente, hay muchas maneras en que los niños/as que son acosados pueden verse afectados.
Por una parte, pueden experimentar depresión, ansiedad y baja autoestima.
Además, es posible que tampoco les vaya tan bien en la escuela o que tengan problemas para entablar relaciones con otras personas.
Pues la intimidación es un problema grave que no debe tomarse a la ligera y nunca debe ser ignorado por adultos u otros niños/as.
De hecho, las consecuencias a largo plazo del acoso pueden incluir depresión, ansiedad, baja autoestima y problemas con las relaciones.
En este contexto, el primer paso a tomar es tratar de comprender la motivación del acosador. ¿Es porque se sienten inseguros o quieren tener el control? Es crucial que los padres no reaccionen con ira, sino que aborden el problema con calma.
Además, el segundo paso es hablar con el niño y ayudarlo a encontrar una solución juntos. Si no son conscientes de las consecuencias de sus acciones, podría ayudarlos a comprender lo que realmente significa la intimidación.
Por último, el tercer paso sería enseñar habilidades de asertividad a su hijo. El paso final sería obtener ayuda de profesionales de la psicoterapia infantil.
La psicología ha sido un factor importante en el desarrollo del bullying.
En concreto, la psicología es un actor clave para comprender cómo sucede y por qué las personas se involucran en él.
Además, el acoso también es un tema importante porque puede tener impactos significativos a largo plazo en la víctima, incluyendo baja autoestima, depresión y ansiedad.
Por eso, comprender las causas del bullying nos ayudará a abordar mejor el problema.
En este contexto, hay una serie de teorías diferentes que intentan explicar por qué las personas intimidan a los demás y qué les hace hacerlo.
Así, estos incluyen: la teoría del aprendizaje social, la teoría de la frustración-agresión, la teoría de la identidad social y la teoría del dominio social.
En líneas generales, todas estas teorías comparten una cosa en común: muestran que hay múltiples factores que contribuyen al comportamiento de acoso, no solo un factor como la personalidad o la genética.
Lamentablemente, el bullying es una forma de agresión que se repite en el tiempo.
Y claro, puede tomar muchas formas, como la exclusión física, verbal o social.
No obstante, como te decíamos antes, el acoso puede tener efectos a largo plazo en la salud mental y el bienestar de la víctima.
Por eso, el psicoterapeuta trabajará con el acosador y la víctima para ayudarlos a comprender sus sentimientos y cómo pueden manejarlos mejor.
Por su parte, el psicoterapeuta también trabajará con el acosador para enseñarle cómo controlar sus impulsos y manejar su ira.
Además, también pueden brindar apoyo a ambas partes para ayudarlos a encontrar formas de evitar que la intimidación vuelva a ocurrir.
Un estudio sobre diagnósticos DSM-IV en niños que sufrieron abuso y negligencia encontró que el 80% de los niños fueron diagnosticados con trastorno de estrés postraumático, mientras que el 42% fueron diagnosticados con trastorno obsesivo compulsivo.
En este aspecto, como venimos diciendo anteriormente, es muy necesario ver ciertos indicios.
Por ejemplo, un síntoma de trauma incluye el retraimiento de otras personas y actividades que solían ser placenteras.
En concreto, un niño/a con depresión puede mostrar signos como tristeza, aislamiento de los demás, dificultad para concentrarse y dormir demasiado o muy poco.
Por otra parte, un niño/a que ha sido abusado sexualmente puede tener síntomas como pesadillas, dificultad para confiar en los adultos y sus compañeros, mayor comportamiento sexual o interés en conducta sexual y ansiedad.
O un niño/a que está experimentando un estrés extremo debido al divorcio de los padres puede experimentar problemas de comportamiento, como portarse mal en la escuela o en el hogar.
De nuevo, la psicoterapia infantil juega un papel importante en el trabajo con estos síntomas.
Pues los trastornos que acompañan al síntoma de ansiedad son el trastorno de estrés postraumático y el trastorno obsesivo-compulsivo.
En definitiva, los diagnósticos dentro de la psicoterapia infantil en niños/as con antecedentes de abuso, negligencia o trauma son el trastorno negativista desafiante y el trastorno de conducta.
Pero las causas de los trastornos psiquiátricos no están claras.
Sin embargo, la investigación ha sugerido que una variedad de factores contribuyen a estos trastornos.
Concretamente, algunos posibles factores incluyen la predisposición genética y la exposición prenatal a drogas, alcohol u otras sustancias como el plomo.
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