El éxito empresarial solo tiene un camino: el de la innovación
La globalización, la democratización de la tecnología, que ha traído consigo la revolución digital, y el desarrollo del comercio internacional, gracias al auge del ecommerce, han abierto muchas oportunidades de crecimiento y expansión a las empresas, pero también, han hecho que eclosione un ecosistema empresarial sustentado en la alta competitividad y en la constante innovación.
Los consumidores cada vez son más exigentes y no solo buscan calidad en los productos o servicios que demandan, sino también, personalización, exclusividad, diseño, eficiencia, responsabilidad social y sostenibilidad. Todos estos factores se han vuelto protagonistas imprescindibles para las empresas que desean desmarcarse de la competencia, aumentar ventas, fidelizar al cliente y copar nuevos mercados.
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La innovación es la clave diferencial que necesitan las empresas para encontrar un nicho de mercado que les permita crecer. Esta innovación puede consistir en inventar un nuevo producto o servicio fruto de la detección de nuevas necesidades o, por el contrario, añadir un elemento disruptivo a algo que ya existe con el fin de mejorarlo o actualizarlo a la nueva demanda.
El factor innovador puede ir orientado a diversas direcciones, como: a la implementación de las nuevas tecnologías, a la eficiencia, a la sostenibilidad o a los procesos de elaboración. Cada empresa, deberá estudiar al mercado, a su público y a la competencia para decidir qué camino tomar.
¿Qué son las dimensiones de la innovación empresarial?
Las dimensiones de la innovación empresarial se refieren a los diferentes tipos de innovación que una empresa puede implementar para mejorar su desempeño y competitividad en el mercado.
Conoce las doce dimensiones de la innovación empresarial
La innovación empresarial puede agruparse en 12 vertientes que van acorde a los objetivos y que se consiguen a través del fortalecimiento de diferentes factores. Por la naturaleza de cada negocio, no todos apuestan por las misas áreas. A continuación, resumimos cuáles son estas doce posibles áreas para la innovación.
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Orientación al cliente: se refiere a la capacidad de entender y satisfacer las necesidades del cliente de forma efectiva. Para ello, la empresa realizará varias acciones para sondear la opinión de su público y deseos. Con el auge de las redes sociales, es fácil detectarlo.
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Creatividad: implica la capacidad de generar nuevas ideas, conceptos y soluciones. No obstante, si se decide apostar por las soluciones más creativas y rompedoras, siempre debe ser en base a unos argumentos sólidos sustentados en el análisis de datos. Cuando hablamos de creatividad aplicada a la empresa, es importante mantener a la vista los objetivos y pensar en las consecuencias de los cambios.
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Pensamiento crítico: se trata de la capacidad de analizar, evaluar y sintetizar información para tomar decisiones informadas. Cuando un negocio empieza a crecer y ya cuenta con cierta trayectoria, es esencial tomar un tiempo para el autoanálisis, detectar lo que funciona y lo que no. Así, se mejorará la eficiencia de producción, se ahorrará en costes y se podrá invertir en nuevas líneas.
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Aprendizaje continuo: el hecho de que una empresa funcione en la actualidad no garantiza que esta vaya a tener éxito en el futuro. Por eso, es muy importante que los encargados del desarrollo de negocio, ejecutivos, equipo de ventas y marketing, se impliquen en evolución y aprendizaje, adquiriendo nuevas habilidades y conocimientos.
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Flexibilidad: se refiere a la capacidad de adaptarse a los cambios y al entorno para pivotar siempre que sea necesario. Para que las nuevas tendencias no nos pillen desprevenidos, es importante mantener el contacto permanente con los agentes que forman el sector donde te mueves.
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Colaboración: la colaboración es esencial para la innovación, ya que fomenta la creatividad, el intercambio de ideas y la cooperación entre los miembros del equipo. Realizar networking, tanto presencial como online, puede ser una técnica acertada para entablar nuevas relaciones empresariales.
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Liderazgo: el liderazgo es crucial para impulsar la innovación en la empresa y para motivar a los empleados a participar activamente en ella. Un buen líder tiene que promover e inculcar la cultura de empresa, y esta, basarse en la investigación y en el desarrollo.
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Visión estratégica: se trata de tener una visión clara y estratégica de hacia dónde se quiere llevar la empresa a largo plazo.
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Orientación a resultados: la innovación debe estar orientada a resultados tangibles y medibles.
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Gestión del riesgo: implica la capacidad de evaluar y gestionar los riesgos asociados a la innovación.
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Capacidad de ejecución: es fundamental contar con el equipo adecuado que sepa cómo llevar a cabo los proyectos de innovación de forma efectiva y eficiente. Para ello, la empresa deberá trabajar en la búsqueda de talentos, en su retención y en la formación continua de su plantilla.
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Tecnología y sistemas: la innovación empresarial, a menudo se basa en la implementación de nuevas tecnología y sistemas avanzados para mejorar los procesos y productos de la empresa. Es esencial que la empresa sepa a qué tecnología acudir y los pasos que hay que dar para que sus trabajadores sepan incorporarla a su rutina de trabajo. Para ello, el papel del digital manager será imprescindible.
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