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La diversidad de fauna es una de las cosas más apasionantes de nuestro mundo, y los animales marinos no se quedan atrás. Existen alrededor de 28.000 especies de peces habitando las aguas, pero, de entre todas, el pez betta consigue destacar por su majestuosidad y sus alegres colores.
Si te interesa aprender todo lo esencial sobre esta especie concreta, sin preocuparte de cuántos años dura la carrera de biología marina, ¡estás en el sitio correcto! Te enseñamos todo lo que debes saber para conocer bien a estos pequeños compañeros.
El pez betta (Betta splendens), también conocido como betta o luchador de Siam, es originario de la región del sudeste asiático. Se encuentra en países del sudeste asiático como Tailandia, Camboya, Laos y Vietnam. Los bettas son conocidos por su colorido y atractivo aspecto, así como por su comportamiento territorial y agresivo, especialmente entre los machos, lo que ha llevado a la popularidad de los combates de bettas en algunas culturas.
En su hábitat natural, los bettas se encuentran en aguas estancadas, como arrozales, charcos y pequeños cuerpos de agua lentos. Tienen la capacidad de respirar oxígeno directamente del aire gracias a su laberinto, un órgano especializado que les permite tomar aire atmosférico. Este rasgo les permite sobrevivir en aguas con bajos niveles de oxígeno.
Las hembras betta comparten algunas características y curiosidades interesantes con respecto a sus contrapartes masculinas. ¡Aquí tienes algunas de ellas!
Coloración y aletas menos llamativas: a diferencia de los machos, las hembras betta suelen tener colores menos intensos y aletas menos elaboradas. Su apariencia general tiende a ser más discreta.
Tamaño más pequeño: las hembras suelen ser un poco más pequeñas que los machos en términos de longitud y masa corporal.
Conviven en grupos: a diferencia de los machos, que tienden a ser territoriales y agresivos entre ellos, las hembras betta pueden vivir en grupos en un acuario bien planificado y lo suficientemente grande. Sin embargo, siempre se debe tener cuidado al introducir varias hembras en el mismo espacio para evitar conflictos.
Menos propensas al desarrollo de aletas largas: las hembras raramente desarrollan aletas tan largas y vistosas como las de los machos. La coloración y forma de sus aletas suelen ser más cortas y menos elaboradas.
Importancia en la reproducción: las hembras desempeñan un papel crucial en el proceso de reproducción de los bettas. Después de un cortejo por parte del macho, la hembra selecciona un lugar para depositar sus huevos, y ambos padres se encargan de cuidar y proteger los huevos y las crías.
Los machos betta son también conocidos por sus características y comportamientos distintivos. Te dejamos algunas curiosidades:
Coloración vibrante y aletas llamativas: los machos betta son famosos por sus colores brillantes y aletas largas y vistosas. Existen numerosas variaciones de color, que incluyen tonos como rojo, azul, verde, amarillo y púrpura. La variedad en la forma de las aletas también es notable, con especímenes de cola de velo, cola de pala, cola de dragón y más.
Comportamiento territorial: los bettas machos son territorialmente agresivos, especialmente entre ellos. En la naturaleza, los machos luchan por el territorio y la atención de las hembras. En cautiverio, esto se traduce en la necesidad de proporcionarles suficiente espacio y evitar colocar dos machos en el mismo acuario sin precauciones.
Habilidad de construir nidos de burbujas: durante la reproducción, los machos betta construyen nidos de burbujas en la superficie del agua. Estos nidos son construidos usando burbujas de aire y se utilizan para proteger los huevos después de la puesta.
Personalidad individual: los bettas machos a menudo muestran personalidades únicas. Algunos son más agresivos y territoriales, mientras que otros pueden ser más tolerantes. También pueden reconocer a sus dueños y responder a su presencia.
Longevidad: los bettas machos, si se cuidan adecuadamente, pueden tener una vida bastante larga en comparación con otros peces de agua dulce. Pueden vivir entre 2 y 5 años, e incluso más en algunos casos.
Los peces betta requieren cuidados específicos para asegurar su bienestar en cautiverio. Mantener el agua limpia es esencial. Se deben realizar cambios de agua regulares, utilizando agua tratada y asegurándose de que esté libre de cloro. Además, la superficie del agua debe estar libre de residuos para garantizar un intercambio adecuado de oxígeno.
Los cambios de agua no solo eliminan residuos, sino que también ayudan a prevenir enfermedades. Sin embargo, es importante no cambiar toda el agua de una vez, ya que los peces betta son sensibles a los cambios extremos en las condiciones del agua.
En cuanto a la alimentación, los peces betta se benefician de una dieta variada. Además de los alimentos secos específicos para bettas, se puede complementar con alimento vivo, como larvas de mosquitos. Esto imita su dieta natural y proporciona nutrientes adicionales.
Recuerda que los peces están bajo tu cuidado y debes ofrecerles la mayor calidad de vida posible, pues además debemos evitar la contaminación marina a toda costa para facilitar el bienestar de las especies en cautividad.
El precio de un pez betta puede variar según factores como color, tipo de aleta y genética. Bettas comunes pueden costar entre 5 y 15 euros, mientras que los de calidad superior o con características especiales pueden llegar a varios cientos de euros. La compra a criadores especializados o tiendas en línea puede influir en el costo. Asegúrate de adquirir de fuentes confiables que ofrezcan un cuidado adecuado a los peces.
La elección de compañeros de acuario para un pez betta requiere consideración cuidadosa, pues los bettas pueden mostrar agresividad hacia otros peces, especialmente hacia aquellos con colores similares o aletas llamativas. Aquí hay algunas opciones de compañeros adecuados para un pez betta en un acuario comunitario:
Peces de cardumen pacíficos: rasboras, tetras y danios son opciones que suelen coexistir pacíficamente con los bettas. Es importante elegir especies pequeñas y activas que no tengan aletas largas y coloración llamativa.
Peces de fondo: corydoras y otocinclos son peces de fondo que generalmente son compatibles con los bettas. Estos peces ayudan a mantener el fondo del acuario limpio y no compiten directamente con los bettas por el espacio en la parte media y superior del tanque.
Guppies (en grupos): aunque se deben evitar los guppies machos con aletas largas y colores llamativos, las hembras y los guppies más sencillos pueden coexistir con bettas, siempre que el tanque tenga escondites suficientes.
Caracoles y camarones: caracoles, como los caracoles manzana, y camarones, como los neocaridina, son opciones que no compiten directamente con los bettas y pueden contribuir al equilibrio del ecosistema del acuario.
Recuerda siempre monitorear el comportamiento de los peces y tener un plan de respaldo en caso de que la convivencia no sea armoniosa. Cada pez es único, y la compatibilidad puede variar. Proporcionar escondites y áreas con vegetación en el acuario puede ayudar a reducir la agresividad y dar a cada pez su propio espacio.
Tener un pez betta en casa puede ser una experiencia gratificante debido a su belleza única, comportamiento interesante y requisitos de espacio relativamente bajos. Sin embargo, es crucial proporcionar cuidados específicos, como la temperatura del agua adecuada, atención regular y planificación del entorno del acuario para evitar conflictos territoriales. Así que... ¡Sí! Los bettas pueden ser mascotas encantadoras con el compromiso adecuado en su cuidado.
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