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El Chi Kung o el Qigong sigue los principios de la medicina tradicional china que afirma que el qi fluye por nuestro cuerpo. Según esta filosofía, hay problemas de salud que pueden surgir en nuestro cuerpo si la energía del qi se bloquea en una parte específica del cuerpo. Así pues, el objetivo del qigong es realizar ciertas posturas y respiraciones siguiendo patrones para desbloquear los flujos de qi y mejorar la salud.
Los principiantes que quieren iniciarse en Chi Kung primero aprender a coordinar los movimientos corporales con la respiración mediante ejercicios repetitivos. Una vez se adapta el cuerpo a la ejecución correcta de estos ejercicios, se debe adquirir un estilo de meditación fluida en el que se redirijan los flujos de energía a lo largo de todo el cuerpo con diferentes posturas, movimientos, patrones de respiración y transiciones. A pesar de las apariencias, lleva tiempo y práctica dominar bien estos ejercicios.
Los movimientos ligeros y pausados activan los tendones, ligamentos y los músculos, a la par que accionan las articulaciones y favorecen la circulación de los fluidos corporales como la sangre, el líquido sinovial y linfático. Por otra parte, las respiraciones profundas atemperan el sistema nervioso simpático (la respuesta de lucha o huida) y estimula el sistema parasimpático (actividades de reposo y digestión). Todo este conjunto de acciones nos ayuda a desestresarnos y relajarnos, lo que tiene un impacto muy positivo en la salud.
Como hemos dicho, el Chi Kung es una práctica china ancestral que combina movimiento, respiración y conciencia para cultivar y equilibrar la energía vital, llamada chi o qi. Aquí te explico algunos de los beneficios asociados a la práctica regular del Chi Kung:
Mejora de la energía vital (qi): El Chi Kung se centra en la circulación y regulación del flujo de energía vital, pues alineándola y fortaleciéndola podemos mejorar nuestra fuerza interior y afrontar la vida de otra manera.
Reducción del estrés: La combinación de movimientos suaves, respiración profunda y percepción propia ayuda a reducir los niveles de estrés. El Chi Kung facilita la relajación, lo que minimiza con creces la ansiedad y la tensión acumulada.
Mejora de la postura y flexibilidad: Muchos ejercicios de Chi Kung consisten en movimientos suaves y estiramientos que ayudan a mejorar la postura, la flexibilidad y la coordinación, así como a aliviar los dolores musculares y articulares.
Fortalecimiento del sistema inmunológico: La mejora en la circulación sanguínea y la relajación general contribuyen a un sistema inmunológico más eficiente.
Equilibrio emocional y mental: El Chi Kung involucra la concentración y la atención plena, calmando la mente y afinando el equilibrio emocional. Algunos seguidores del Chi Kugn encuentran que les ayuda a manejar el estrés mejor y a mantener una perspectiva más positiva ante los vaivenes de la vida.
Mejora de la circulación sanguínea: Los movimientos suaves y rítmicos del Chi Kung estimulan la circulación sanguínea, lo que, a su vez, agiliza el flujo de oxígeno y nutrientes a través del cuerpo.
Promoción del sueño saludable: La relajación que induce la práctica regular del Chi Kung nos ayuda a conciliar un sueño más profundo y reparador. Esto beneficia especialmente a las personas que sufren de problemas de sueño como el insomnio.
Aumento de la conciencia corporal: La atención plena en los movimientos y la respiración durante la práctica del Chi Kung ayuda a desarrollar una mayor conciencia corporal. Esto puede llevar a una mejor coordinación y equilibrio en la vida diaria.
Te dejamos una rutina de Chi Kung simple y clásica, pero muy útil para iniciarte si eres principiante:
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